El pasado mes de Octubre se celebró en
Valencia el XI Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas, durante los
días 20 al 23. Nuestra Asociación estuvo presente en tal evento con una nutrida
representación. Consideramos que era
importante nuestra presencia en tal evento para darnos a conocer y colocar
nuestro proyecto Vía de Bayona en el mapa de las Asociaciones Jacobeas.
Como nuestra asociación es muy
joven y no tenemos experiencia en estos menesteres, fuimos a Valencia al abrigo
de nuestra Asociación hermana de Burgos, y a fe que acertamos en nuestra
decisión.
Salimos de madrugada desde
Burgos, con un frío de abrigo y guantes. Parada turística en Calatayud donde
Maribel y Conchi hicieron las veces de guías de lujo, ya que ellas son de allí.
Como dice la copla preguntamos por La
Dolores, y nos enseñaron todo esto.
De nuevo carretera hasta Teruel
donde paramos a comer. Visita al centro histórico, Torres Mudéjares, y foto
obligada en la Plaza del Torico, que no
Torito.
Cerca de las siete de la tarde
Valencia nos recibió con un tiempo espectacularmente bueno para la época, con
un solito y 27º que a los de Burgos nos pareció un regalo caído del cielo.
Llegada al hotel y reparto de
habitaciones. Nos alojamos en el Hotel Inglés, ubicado en el corazón del centro
valenciano, gran ventaja para nosotros ya que tuvimos todos los espacios donde
se celebraron eventos del Congreso muy a mano. Un acierto por su elección a la
organización.
A continuación fuimos al Centro
Cultural Bancaja, donde se celebraba el
Congreso, recogida de Credenciales y documentación, y asistencia a la primera
ponencia realizada por el Prof. Dr. D. Luis A. García Moreno, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alcalá de Henares
y miembro de la Real Academia de la Historia.
La jornada
institucional terminó con una recepción
ofrecida por el Excmo. Ayuntamiento de Valencia en el Palau de Cervelló,
edificio construido en el siglo XVIII por los condes de Cervelló, como no.
Actualmente sólo se conserva con su aspecto original la fachada que es de estilo neoclásico.
Y nuestra primera jornada en Valencia
terminó de tapeo por el centro histórico de Valencia.
La asistencia al Congreso se ideó
por parte de nuestra organización en dos opciones claramente
definidas. La opción A correspondía a la
asistencia al programa oficial con las correspondientes ponencias, mesas
redondas, comunicaciones, etc. La opción B lúdico festiva, mucho más relajada
como vais a apreciar, es la que eligió el que suscribe por lo que es la que os
voy a contar.
El viernes nos tocó visita turística a
dos localidades cerca de Valencia. Primero estuvimos en Alzira, con z como sus
habitantes lo describen, la ciudad de las fiestas. Cada mes del año hay algo
que celebrar, según nos indicó el guía que nos proporcionó el propio
ayuntamiento de Alzira. Pasamos unas horas muy agradables conociendo la
importancia del río Júcar en el enclave del municipio, el centro histórico
declarado BIC (Bien de Interés Cultural), la arciprestal de Santa Catalina, y
el edificio de la Casa Consistorial del siglo XVI, declarado monumento nacional
desde 1930. La visita terminó en el museo municipal de Alzira, lugar que
aglutina desde la historia del municipio con materiales arqueológicos
incluidos, hasta una colección pictórica del artista local Teodoro Andreu, fiel
discípulo del maestro Sorolla. Una gran acogida por parte de los alcireños. Os
aconsejo la visita a ésta bella localidad.
Después nos llevaron a Algemesí, al
museo de la Festa, visita a la Basílica de San Jaime Apóstol y comida en el
Casino Liberal con una paella valenciana de las de verdad, como no podía ser
menos.
Regreso a Valencia por la tarde y nos
preparamos para asistir a la cena de Gala ofrecida por la organización del
Congreso en el Hotel Astoria. Momento de
encuentro entre todos los congresistas, donde cada uno muestra al resto sus
mejores galas, ambientado en una cena de
postín. Es el lugar adecuado para darse a conocer en éste mundo de las
asociaciones Jacobeas, y poner las bases de una buena relación.
El sábado realizamos una visita turística al centro de Valencia. Yo
personalmente sólo conocía de
Valencia la Ciudad de las Ciencias y las
Artes, y la verdad es que me encandiló. Con un guía de lujo llamado Jesús Aguirre
visitamos por éste orden la Catedral,
cuyo origen se remonta al siglo XIII y es
una mezcla de estilos desde el románico hasta el barroco; la Torre del Miguelete, campanario de la
Catedral, construido entre los siglos XIV-XV, DE 50,85 metros de altura, en
cuyo interior se encuentra una escalera de caracol por la que se accede hasta
la terraza de la torre, con unas vistas impresionantes de Valencia, es una
experiencia inolvidable. Para bajar, hay un semáforo que regula el tránsito por
las escaleras, con lo que os podéis hacer idea de las personas que caben en
dichas escaleras. Lonja de la Seda,
o La Seda, como se conoce normalmente por los valencianos, patrimonio de la
Humanidad declarada por la UNESCO en 1996, fiel reflejo de la prosperidad en la
que se vio inmersa la capital del Turia durante
los siglos XIV y XV. A resaltar personalmente el agradable olor cuando
entras en el “patio de naranjos” y la tranquilidad que se atisba, a pesar del
incesante trasiego de los turistas. Nuestra última visita corresponde al
Mercado Central, edificio modernista inaugurado en 1928, donde en seguida la
vista se fija primero en la inmensidad
de puestos, alrededor de 1.000 según el ayuntamiento de Valencia, y a
continuación en los azulejos y vidrieras de colores característicos del
edificio. En conjunto un regalo para los sentidos. Nos llamó la atención la
gran variedad de productos del mar que había para la venta, tanto en cantidad,
como en calidad.
Sábado por la tarde, visita obligada a
la Ciudad de las Artes y de las ciencias, en concreto al Oceanográfico y al
Delfinario. Como broche final la organización nos sorprendió con un coctel en
el propio recinto, un lugar muy agradable en consonancia con la maravillosa
noche que nos hizo. Los de Briviesca
triunfamos en compañía de los compañeros de Burgos y guardamos nuestros mejores recuerdos de la
visita a Valencia. A la vuelta al hotel, parada obligatoria en la zona
portuaria, visita a la Playa de La Malvarrosa.
El domingo tempranito nos levantamos
para asistir a la misa de la Catedral en la Capilla del Santo Cáliz, y a
continuación asistimos a la clausura del congreso, para al fin coger el autobús
de vuelta a casa.
En resumen, fueron unas jornadas de
mucha actividad, casi de obligada asistencia para nuestra Asociación, al ser de
nueva creación, unos recuerdos
inolvidables, y en el capítulo de agradecimientos en primer lugar a la
Asociación de Burgos, y en particular a su presidente y nuestro amigo Jesús
Aguirre, sin cuya estimable colaboración y dedicación no hubiera sido posible
organizar un evento como éste, sin olvidarnos también de nuestros queridos
amigos Gregorio Martínez, Ángel Nájera y
el propio Jesús, por su aportación al Congreso ya que asistieron e
intervinieron –y en ocasiones sufrieron-
a las Jornadas técnicas.
Texto y selección: Enrique Ortiz
Fotos: Pedro García.
Asociación
de Amigos del Camino
de Santiago de Briviesca Bureba.
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